Adopción

Un ejemplo detallado de un caso, expuesto en "FELICIDAD DUAL: Bert Hellinger y su psicoterapia sistémica""   

          ... ¡como el ladrón a sus reales!

Gerhard participó en un seminario de seis días. Está casado, y como él y su mujer no tuvieron hijos, acogieron a un niño de diez meses, que pronto quieren adoptar. 

 

Acompañamos a Gerhard a través de esta semana:  

Al segundo día

Gerhard: Me preocupan mis padres. Han venido para cuidar a mi hijo pequeño. Por una parte, lo encuentro estupendo, y también pienso que mi relación con mis padres en general está en orden, pero al mismo tiempo noto que estoy irritado. Pienso que tendrá que ver con que yo quisiera que ellos reconocieran que lo estoy haciendo bien.

Bert Hellinger: ¡No, no, no! Es justo al revés. Tú te niegas a reconocer que ellos voluntariamente hacen algo grande para ti, sin que estén obligados a hacerlo. Si lo reconoces, estás en paz. No son los padres los que tienen que reconocer a los hijos, sino al revés.  

         El cuarto día, por la mañana

Gerhard: Me siento muy raro, mal, nervioso y triste. Esta mañana aún pensé: ‘Todavía hay otro hombre que aún es más importante que tú’, es decir mi padre. Porque mis padres vinieron conmigo para cuidar al niño.

Bert Hellinger: Sí, yo me siento como su pequeño representante. Así me siento, y así también me comporto. ¿De acuerdo, Gerhard?

Gerhard: Sí, y me gustaría hacer la constelación de mi familia.

Bert Hellinger: Sí, hoy lo hago, seguro. Pero primero quiero seguir con la ronda, si no, se haría demasiado largo ahora.  

         Más tarde, al cuarto día

Constelación del sistema actual de Gerhard:

En un principio, Gerhard sólo quiere ponerse a sí mismo, a su mujer y al niño previsto para la adopción. Bert Hellinger, sin embargo, le pide que elija también representantes para los padres carnales del niño y para los cuatro abuelos del mismo.

 

Sabemos entonces que la madre del niño es una mujer de 21 años, que quedó embarazada durante el bachillerato y que mantuvo en secreto este embarazo. Sus padres no supieron nada del nacimiento del niño. Cuatro semanas antes de dar a luz, acudió a una asistente social que, por su parte, conocía a Gerhard y a su mujer. Gerhard y su mujer conocen al niño desde que nació, y poco después lo acogieron. El padre del niño es un italiano, que ante la oficina de asistencia social reconoció la paternidad sobre el niño. Sus padres viven cerca. Muchas veces, Gerhard da justificaciones. Así, por ejemplo, comenta que su mujer conoce al médico que asistió al parto del niño, y que éste decía que conocía a la familia de la madre y que podía entender muy bien que no les hubiera contado nada a sus padres.

Al recibir la información sobre los abuelos, Bert Hellinger dice: Pues, ... esta adopción está abocada al fracaso.   

 

Constelación del sistema actual de Gerhard (fig. 1):

Abreviaciones:

Mar    marido, Gerhard                Muj    mujer de Gerhard

N        niño, 10 meses de edad  

P         padre del niño                    M        madre del niño

PP       padre del padre                MP       madre del padre

PM      padre de la madre            MM      madre de la madre

 

Bert Hellinger (Al estar configurada la constelación; a la madre del niño): ¿Cómo te va?

Madre del niño (titubeando):  No puedo entenderlo. Me es absolutamente incomprensible por qué ya no está el niño.

Bert Hellinger: ¿Quién estaba interesado en que el niño fuera dado para la adopción?

Gerhard: Ella misma. Muy poco antes de dar a luz fue a la asistente social. Mi impresión fue que simplemente no sabía qué hacer.

Padre del niño: Bueno, yo me siento fuertemente integrado en la familia; no siento mucho hacia esta parte (madre carnal), pero mucho hacia el hijo.

Abuelo paterno: Yo tengo contacto con mi mujer y con mi hijo, lo otro es bastante insignificante.

Abuela paterna: Yo también tengo contacto con mi marido y con mi hijo, y por lo demás, no mucho.

Abuelo materno: Me siento bastante poderoso, también con ella (su mujer). Siento una especie de derecho aquí (indica hacia adelante, al niño), no sobre ella (hija), sino atravesando a ella, sobre el niño.

Abuela materna: A mí también me pasa eso (hacia el marido), aquí me siento totalmente subordinada, pero también perteneciente. Al niño lo tengo claramente a la vista, la hija no es tan importante, el niño es mucho más importante.

Madre del niño: Esto coincide con mi percepción. Hay una relación que me atraviesa y va directamente al niño.

Bert Hellinger: (coloca al niño delante de sus padres, fig. 2)  

 

 

Bert Hellinger (al niño): ¿Cómo te va a ti?

Niño: Me encuentro muy bien aquí (delante de los padres). Al principio era peor (delante de los padres acogedores). Al principio tenía la sensación de que me miraban como si hubiera cometido algo.

Mujer de Gerhard: Aquí delante tengo calor, y pienso que tendría que dar un paso hacia atrás. Veo a los demás, y eso está bien. Aquí (hacia el marido) no ocurre nada.

Representante de Gerhard: Por una parte mucha tristeza al mirar a este niño, y después tengo la sensación de que el niño me impide llegar a mi mujer.

Bert Hellinger (a Gerhard): Este (el niño) está parentificado. Tu esperas algo del niño. Este deseo, en realidad, debería dirigirse a otra parte, quizás a tus padres. El niño es utilizado, y eso es sumamente perjudicial, para el niño y para vuestra relación. Aquí es donde pertenece (la madre del niño ríe aliviada; al abuelo paterno): ¿Qué, Benno? Estás todo emocionado.

Abuelo paterno: Realmente, es así. Es absolutamente imposible sacar al niño de aquí, de un clan tan fuerte.

Abuela materna: Esto ahora también me tranquiliza a mí.

Bert Hellinger: Cada uno de éstos sabe hacerlo mejor que vosotros dos. ¾ De acuerdo, ya hemos hecho la constelación de esto.  Aquí hay un problema. Y ahora depende de ti lo que hagas con esto. Y más adelante haremos la constelación de tu sistema de origen, ¿de acuerdo, Gerhard?

(Después de haberse sentado los participantes)

Bert Hellinger: ¿Hay algo que añadir a la constelación de Gerhard?

Birgit: Generalmente, ¿cómo es lo de las adopciones? ¿Pueden ir bien?

Bert Hellinger: Sí, naturalmente, siempre que sea necesario. Si los padres faltan, si están muertos, por ejemplo, o por otras razones sea imposible. En un caso así, es muy bueno, una gran misión, y una alta dignidad. Sin embargo, donde los padres adoptivos pretenden, para así decirlo, colarse como padres mejores, aunque los padres existan y aunque exista todo el clan, ahí no funciona. Si acaso, primeramente entran en consideración los abuelos.

Gerhard: Pero si nunca hemos visto a esas personas.

Bert Hellinger: De eso se trata precisamente. Tenéis que presentarles al niño alguna vez; sí, tenéis que ir allá y presentarles al niño.

Gerhard: Bueno, pero los padres decidieron ocultarlo.

Bert Hellinger: No pueden decidirlo, ni siquiera según la ley alemana. Un niño primeramente tiene el derecho de saber quiénes son los padres y quiénes los abuelos. Y tiene un derecho de conocerlos. Además, fue una bella imagen para el Número Sagrado, siete: un niño, dos padres, y cuatro abuelos, ahí se percibía toda la fuerza. Es el número de la plenitud: siete. Hay que referirlo a lo simple. ¿Tienes alguna pregunta más, Gerhard?

Gerhard: Naturalmente tengo claro que el niño tiene el derecho de conocer a sus padres, y pienso que las cosas también se desarrollarán así, que el niño más adelante sabrá quiénes son sus padres, para poder entrar en contacto con ellos cuando lo desee.

Bert Hellinger: Gerhard, realmente eres un hombre inteligente y muy sensible en todos los aspectos. Aquí estás involucrado y no te das cuenta, y por eso no eres capaz de actuar aquí. Tan sólo tu expresión "mi hijo" demuestra que estás totalmente fuera de la realidad. Lo dijiste muy en serio. Esto es una implicación. No estás claro en este asunto y son otras las fuerzas que actúan aquí. Con esto sólo quiero decirte que aquí tu saber no te vale para nada. La solución se encuentra a otro nivel.

Sarah hace una pregunta sobre comentarios después de constelaciones, y de si también pueden ser un estorbo.

Bert Hellinger: En cuanto se da un paso más allá de lo necesario, lo conseguido se cuestiona. En cuanto le digo a alguien más de lo que para él sería necesario, lo conseguido se cuestiona. Es una intervención muy peligrosa, especialmente si comunico mis asociaciones de manera desordenada, diciendo por ejemplo: "Aún se me ocurre ...".  En un caso así, aquella persona tiene que hacerme caso a mí, en vez de quedarse consigo mismo. Es decir, le quito la energía que él acaba de recoger, y me la quedo yo. Es una especie de robo emocional. Pero también hay informaciones importantes después de las constelaciones, que provienen de la vivencia personal y ayudan. Estas, sin embargo, no contienen ninguna interpretación.

         Un ejemplo:

Un niño va al jardín, se maravilla de todo lo que crece, y escucha a un pájaro en los arbustos. En ese momento llega la madre diciendo: ¾ ¡Qué bonito! ¾      Ahora, el niño, en vez de maravillarse y ser todo oídos, tiene que escuchar palabras, y la relación con aquello que es se sustituye por opiniones. La percepción inmediata queda perturbada por los comentarios. Las consecuencias son fatales.

         La regla es bien simple: Si a uno se le ocurre algo, se mira a la persona y se examina: ¿Es un regalo si se lo digo? ¿Fortalece y nutre, o estorba? Conforme a esto puedo actuar. Es decir, no hay ninguna regla fija, sino que cada uno tiene que actuar de manera responsable y de acuerdo con su percepción.

Gerhard se quedó algo afectado después. En este caso, no puedes acercarte a él, ni tampoco tocarlo; si no, tendría que entrar en relación con otra persona. Es algo diferente si realmente necesita ayuda.

 

         El cuarto día, por la tarde

Configuración del sistema de origen de Gerhard. Al sistema de origen propiamente dicho pertenecen los padres de Gerhard, un hermano, cinco años mayor, y él mismo.

 

Constelación inicial de la familia de origen de Gerhard :

         Abreviaciones:

P       padre;  M    madre;  1     primer hijo;  2 segundo hijo, Gerhard

 

Una vez configurada la primera constelación:

Padre: Percibo una relación fuerte con mi hijo mayor, más débil con Gerhard, y casi nula con mi mujer. Es así.

Madre: Me siento algo desconectada, porque tengo poca relación con mi marido, más relación con mi hijo mayor, y no suficiente con mi hijo menor.

Hermano: Donde mejor me encuentro es con mi madre. Con el padre tengo una relación fuerte, pero casi demasiado fuerte, y el hermano desaparece casi del todo.

Representante de Gerhard: Mucho anhelo de llegar ahí, a la madre.

Bert Hellinger coloca a la madre a la izquierda del padre

 

 

Bert Hellinger: ¿Qué ha cambiado?

Hermano: Para mí es mejor así, pero quisiera apartarme algo más.

Bert Hellinger: Sí, hazlo. (El hermano da un paso hacia atrás)

Representante de Gerhard: Yo también hubiera podido irme ahora, había tristeza. Estos dos (los padres) se han encontrado, ¿pero dónde está mi lugar? (se inclina hacia fuera) Me caigo hacia la izquierda (hacia el hermano; pero ahí tampoco se encuentra bien).

Bert Hellinger: Si pasa esto en una constelación, se supone que existe un problema no solucionado en la familia del padre o de la madre.

Gerhard: La madre de mi madre murió muy pronto, cuando mi madre tenía siete años. Hubo una epidemia.

Bert Hellinger (cambia la posición de los padres, y coloca a la abuela materna entre la madre y Gerhard; la madre quiere tenerla muy cerca, detrás de sí): ¿Qué ha cambiado?

Representante de Gerhard: Sí, ahora puedo dejarla muy bien así, pero quisiera cambiar de lugar con mi hermano.

Padre: De repente noto una relación con Gerhard.

Bert Hellinger (coloca a los hijos frente a los padres, y a la abuela materna entre Gerhard y la madre, fig. 5): Ahora Gerhard ya no se sale. Existe una identificación con la madre de tu madre, éste es el motivo por el que te ocupas de niños. Con el niño acogido juegas aquello que la abuela quería hacer con tu madre. (A la madre) ¿Cómo te encuentras ahora?

Madre: Bien.

Padre: Con mi mujer hay algo que no funciona en la relación.

Madre: No estuve atenta a eso, es verdad, no hay nada.

Bert Hellinger (a Gerhard): ¿Para ti está bien así?

Representante de Gerhard: Sí, aunque quisiera tener a los padres más cerca el uno del otro.  

 

Abreviaciones: PM  padre de la madre

+MM   madre de la madre, murió al tener la madre 7 años

TAP     tía abuela paterna  

 

Bert Hellinger: Quizás haya algo más. ¿Qué hizo el padre de la madre al morir su mujer?

Gerhard: No volvió a casarse, sino que vivía en una granja con su hermana y su hermano.

Bert Hellinger: Entonces cojamos también al abuelo (coloca al abuelo a la izquierda de la abuela, fig. 5). ¿Quién cuidó a tu madre después de la muerte de la abuela?

Gerhard: Fue la tía abuela, la única mujer que había en la casa.

(Bert Hellinger coloca a la tía abuela entre el abuelo y la madre, fig. 5.)  

Bert Hellinger (señalando a la tía abuela, la abuela y el abuelo): Creo que éste es un grupo que merece un gran respeto.

Hermano: Me desconcierta que la madre aún pertenezca y se apoye ahí.

Bert Hellinger: Tienes que verlo como un proceso: ahí hay algo que recuperar, y ahí aún hay algo que debe ser reconocido, entonces quizás pueda comportarse de otra manera. (Coloca a la madre al lado de la tía abuela y de sus padres, separada  del padre, fig. 6)

 

Padre: Esto ahora queda algo más claro en la relación con la mujer. Es más acertado así, aquello no era ninguna relación. Ahora la distancia es mayor, y para mí es más acertado.

Bert Hellinger: Sí, es cierto, ella no puede salir de este grupo unido por un destino común.

Madre: De esta manera tengo más relación con mi marido, y ahora incluso podría acercarse un poco más. Ahora está un poco demasiado lejos.

 

Fig. 6:  Solución en la constelación de la familia de origen de Gerhard:  

Gerhard: ¿Puedo añadir algo? ¾ Mi padre valora demasiado poco a la familia de mi madre.

Bert Hellinger (a Gerhard): ¡Ahora ponte en tu lugar, Gerhard! (Gerhard ocupa su lugar)

Bert Hellinger (a Gerhard): Si tú valoras esta parte (la de la madre), no necesitas adoptar a ningún niño. Así, no tienes que valorarlos de esa manera. Estás libre de pasarlo a otros de otra forma. ¿Es comprensible para ti?

Gerhard: Sí. ¾ Y quisiera decir: Por mis motivos, quizás pueda adoptar a este niño a pesar de todo, si no lo hiciera por ellos.

Bert Hellinger: No, no. No lo hagas. Ocúpate de niños de otra manera, eso está bien, al fin y al cabo, yo también lo hago. (Risas de los participantes).

 

         En una ronda del quinto día

Gerhard: Aún me siento triste, y desearía tanto que tuvieras una fórmula mágica.  

Bert Hellinger: ¿Para ti? ¾ No la tengo. Y si te diera una, ¿qué pasaría?

Gerhard: No lo sé. Estoy tan indeciso. (Empieza a llorar) Quiero tanto a este niño.

Bert Hellinger (lo mira seriamente): Precisamente no; como un ladrón a sus reales. (Pausa) Esta es la fórmula mágica.

Gerhard: Los últimos días ...

Bert Hellinger (lo interrumpe): No, no, eso no lleva a nada ... ¿Cómo era la fórmula mágica?

Gerhard: Como un ladrón a sus reales ...

Bert Hellinger: ¿Qué?

Gerhard: ... quiero yo al niño.

Bert Hellinger: Exacto. (Pausa, silencio prolongado)

Gerhard: Dijiste que nos colamos. Eso aún me va rondando por la cabeza. Tengo argumentos en contra.

Bert Hellinger: Fuisteis listos y lo hicisteis de manera que la responsabilidad no quedara en vosotros. Pero eso no hace ninguna diferencia.

Gerhard: Lo que me va dando vueltas son los abuelos.

Bert Hellinger: Sí, éste es el acceso. Por lo menos podrías presentarles al nieto, ¡eso es amor!

Gerhard: Dentro de unos años podría imaginármelo muy bien.

Bert Hellinger: No, no, cuando son más pequeños, también son más dulces y mueven más los corazones. Hay un criterio para la calidad del amor: El amor es fuerte como la muerte (silencio prolongado). Esa fue la buena palabra.  

         Más tarde, durante el quinto día

Gerhard: Ya no estoy del todo presente, estoy fuera, retirado. Por la noche en parte también estuve enfadado contigo, conmigo mismo y con la vida.

Bert Hellinger: Eso son los combates en retirada. En una batalla perdida aún se le muestra un poco de resistencia al enemigo (sonríe cariñosamente).

Gerhard: Con lo que dijiste del cuadro torcido, pensé que también se podría arreglar cortando los muebles ... (todos ríen).

Bert Hellinger: En Estados Unidos hay unos parques de atracciones, donde entras en una casa y todo está torcido, es imposible orientarse ¾ algo así sería eso.

Gerhard: Sí, aún no tengo claro qué haré con lo que pasó ayer.

Bert Hellinger: Desde luego, lo tienes absolutamente claro.

Gerhard: Lo tomaré en serio, y también pienso que hay un montón de hechos a tener en cuenta.

Bert Hellinger: No, lo único importante de momento es que esperes hasta que tengas la fuerza para actuar tal como sea preciso. Y eso es algo diferente. Si actuaras ahora mismo, tendrías poca fuerza. Tienes que dejar que esto actúe hasta estar plenamente integrado, y después, naturalmente, se añaden los otros hechos, y de repente ves qué es lo preciso.

Gerhard: La última frase que me dijiste, la del amor, esa fue buena.

Bert Hellinger: Sí, eso actúa si lo tienes presente ...  

         El sexto día

Gerhard: Estoy otra vez mejor. Tengo la esperanza de que se encuentre un camino en el que aún desempeñemos algún papel.

Bert Hellinger: Sí, si volvéis a llevar al niño allá donde pertenece, desempeñáis un papel muy importante. Entonces reparáis la injusticia, y el niño os lo agradecerá toda su vida. De esta manera, vuestro amor tiene una meta y vosotros podéis retiraros de nuevo. El amor permanece, pero el amor tiene que ir hasta el extremo de que no preguntéis más por él. Eso después se acabó. Una vez realizada la buena obra, puede darse por acabada. "El elegido no se detiene en lo que fue eficaz." Está bien así.

Gerhard: Es duro, muy duro.

Bert Hellinger: Sí, y debe ser así, si no, no valdría nada. Pero tu cara se ha transformado de una manera muy bonita, clara y bella. Para mí, también está bien habértelo aclarado. Guardar miramientos hubiera sido un mal servicio.

Gerhard: Pienso que aún me espera algún que otro hueso difícil de roer.

Bert Hellinger: Sí, toda la vida.

Gerhard: Aún quisiera expresar otra idea que, con toda esta historia, se quedó en un segundo lugar. Dijiste algo de la escala del estado de ánimo básico; yo estoy en la parte negativa de la escala. Pienso que tiene mucho que ver con el dolor de mi madre por su propia madre. Ahora también puedo dejarlo así.

Bert Hellinger: La madre de la madre puede estar detrás de ti, como una fuerza buena. ¾ Hay que guardarse de restringirlo. Muchas veces, detrás de un hombre va bien una fuerza materna, por ejemplo una mujer que tuvo una suerte difícil. Eso tiene consecuencias positivas.

 A: Taller Vivencial:  "Constelaciones Familiares"