Silenciar el origen de los hijos
Josef:
Me da mucho que pensar que algunos padres silencien
el hecho de que un hijo sea ilegítimo o sustituido. No entiendo el motivo.
Bert
Hellinger: Existe una tendencia social a desprestigiar
estos hechos, y una reserva para hablar de ellos. Si simplemente miramos estos
asuntos, como lo hacemos aquí, nos damos cuenta de que para todos los
implicados las cosas están bien tal como están. Muchas veces, de los pecados
resulta algo bueno, y eso, para los moralistas, es fatal. Tales cosas no pueden
decirse ante una persona que desprecia y mira si algo está mal. Así, también es
bueno y conveniente tener un poco de compasión con esos padres.
El ilegítimo que no conocía a sus hermanos
Thomas:
Soy hijo ilegítimo, y me crié con mi madre. Hace
cinco años, fui a ver a mi padre. Esta parte la conozco ahora. Sin embargo, no
conozco a los hijos de mi padre, y él no se atreve a decirles que yo existo.
Bert
Hellinger: Hace un mes, tuve un curso. En ese curso
había una mujer que vivía en la misma situación. Es ilegítima. El padre está
casado y tiene, además, dos hijos varones. Ese padre tampoco se atrevía a
presentar esa hija a sus hijos.
Yo le dije que fuera a ver a los hijos y que
se presentara como hermana, tal cual. Más adelante me llamó y me contó lo
siguiente: fue a una fiesta, y cerca de ella se encontraba el padre y también
estaban los hermanastros. De repente, al final de la fiesta, no quedaba nadie
más que su padre, los hermanos y ella, y de pronto pudieron hablar. (A Thomas)
Yo los iría a ver. El peligro, sin embargo, está en que entonces pierdas tu
profesión de pastor.
Thomas: ¿Por qué?
Bert
Hellinger: Una motivación frecuente para la búsqueda de
Dios es que uno no tenga padre y lo busque y, al encontrarlo, su búsqueda de
Dios se acaba. Ya empieza con Jesús, que tampoco tuvo padre, al menos ninguno
del que sepamos nada.
El Camino
Al padre anciano llegó el hijo,
pidiendo:
"Padre, ¡bendíceme antes de
que te vayas!"
El padre dijo: "Sea mi bendición
que te acompañe un primer trecho
en el camino del saber."
La mañana siguiente,
salieron al aire libre
y de la estrechez de su valle subieron
a una montaña.
El día ya se iba encogiendo cuando llegaron a la
cima,
pero ahora hacia todas partes se extendía la tierra,
hasta el horizonte
a la luz.
El sol se puso,
y con él se desvaneció
la deslumbrante suntuosidad;
se hizo de noche.
En la oscuridad, empero, destellaban
las estrellas.
Una vez participó aquí un hombre que dijo: " Nuestro primer hijo nació de nuestras relaciones prematrimoniales, y ahora comienza a hacer cálculos ...", y preguntó qué debía decirle, si el hijo empezaba a hacer preguntas. Le dije que respondiera: "No aguantamos más." Entonces se rió. Sí, eso es honrado.